Dr. Rojas Marcos

 LAS TRES EPIDEMIAS MODERNAS

Vivimos tiempos de extravío. Hoy conviven al mismo tiempo tres epidemias majestuosas: La depresión, el estrés y la ruptura conyugal.
Como decía McLuhan, vivimos en un mundo global. Los tres idiomas actuales son el inglés que es latín moderno, el español (ha escaldo al segundo puesto en el mundo) y la informática ( es el último lenguaje que ha ido calando en los nuevos sistemas de comunicación).
El psiquiatra es perforador de superficies, se cuela, bucea, se mete en los entresijos  de esos hechos y busca las razones por las que esto se ha ido dando, intentando poner orden y concierto e una realidad social evidente, notarial que esta ahí y que es menester explicar.
La depresión es la enfermedad de la melancolía.
Hay dos tipos de depresiones, dos modalidades: las endógenas  que vienen de dentro y que son debidas a un desorden bioquímico cerebral complejo, que tienen un fondo hereditario y que son estacionales, tienen un buen pronóstico y hoy se curan el 90%.
Las otras son las exógenas, que pueden ser llamadas reactivas y que son debidas a acontecimientos negativos de la vida.
 Hay dos modalidades: los macrotráumas , que son impactos de gran fuerza que dejan al ser humano tendido, al borde de lo peor y que podríamos decir los siguiente: la mujer es especialmente sensible a las frustraciones sentimentales y familiares, mientras que el hombre lo es a las frustraciones económicas y profesionales.
La otra, son los microtráumas, que son hechos negativos pequeños o de mediana intensidad, pero que forman un sumatorio, una constelación de factores nocivos que dan lugar a un estado de ánimo de tristeza, de apatía, decaimiento, falta de ganas de vivir, desilusión y un largo etcétera en esa misma línea.
Las depresiones exógenas tienen un pronóstico incierto y su evolución depende de los hechos que los han desencadenado.
La segunda epidemia es el estrés, que consiste en un ritmo trepidante de vida sin tiempo para mas que para trabajar. Hay también modalidades. El estrés real,  que se debe a estar siempre desbordado y sobrepasado de cosas  y actividades, y que se da con especial frecuencia en los ejecutivos, los hombres de negocios, los periodistas y en todos aquellos que no saben poner cota a su actividad profesional. La otra es el estrés psicológico, que no es tan objetivo como el anterior y que se da en personas  que se agobian, que se aceleran sin necesidad  y que son auténticas fabricadoras de ansiedad. A veces, ambas se dan a la vez. Evitar el estrés es saber trabajar con orden e ilusión. Sabiendo planificar las cosas que uno tiene que llevar a cabo y aprendiendo a decir que no a demandas y peticiones y tirones excesivos de trabajo. Dice el Eclesiatés: ” Ama tu oficio y envejece en él”. El amor por el trabajo bien hecho es una forma de excelencia.
La tercera epidemia, la de las rupturas conyugales, si podemos decir que es mas reciente en el mundo occidental. Hoy asistimos al espectáculo de una pareja rota y otra y otra mas. Aquí y allí ¿Quién nos iba a decir hace tan solo un par de décadas este iba a ser uno de los peores males de nuestro tiempo?. ¿Qué significa esto, que esta pasando, cuales son las causas y motivos que han desencadenado este feroz tsunami de proporciones gigantescas?.
No es fácil dar una respuesta única porque son numerosos los ingredientes que se hospedan aquí y que han originado que tantas parejas salten por los aires y aparezcan los llamados niños ping pong que van de acá para allá cada fin de semana.
Veo la palabra amor falsificada. Hay un uso, un abuso y una manipulación de la palabra amor. ¡ A cualquier cosa se le llama amor!. Hay que devolverle a este término su fuerza, su calidad, su exigencia.
Amar a una persona es decirle: voy a intentar que tú nunca mueras para mí, que seas mi primer argumento, voy a poner de mi parte para darte lo mejor que yo tengo, voy a intentar sacar lo mejor de mí persona y de la tuya. El amor de la pareja es una tarea laboriosa que tiene un alto porcentaje de artesanía psicológica.
Y en medio de este ideal de vida, realista y exigente a la vez, nos encontramos con una sociedad en la que han ido residiendo de una forma gradual y progresiva una serie de contenidos, unas veces claros y otras desdibujados: el hendoismo, el consumismo, la permisibilidad y el relativismo, y todos ellos hilvanados por el materialismo y la falta de espiritualidad. Y el drama esta servido en bandeja.
Y extrapolo esto al campo de las revistas de corazón en la televisión. El síndrome de Amaro es el deseo de conocer la vida de los famosos siempre que este rota. No interesa la vida de los que tienen prestigio ( que eso es otra cosa bien distinta), sino de los que tienen fama porque salen y aparecen en muchos medios de comunicación., pero es necesario que esté fragmentada, partida, quebrada, herida, si nó, no interesa ¿ Por que? Por la atracción que tiene el morbo. Y, además, muchos se distraen viendo eso, es un verdadero pasatiempo y a la vez, se sienten bien al comparar esa vida con la suya.
El ser humano de nuestros días necesita maestros y testigos. Los primeros enseñando lecciones que no vierten los libros. Los segundos son modelos de identidad reales que encarnan valores vividos en primera persona.

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